martes, 21 de octubre de 2008

La Bohème (leer el texto con la música más abajo)

...Dentro de Santiago, existe un lugar, un oasis...con una plaza, adoquines y casas antiguas...donde pasé mis mejores momentos, pero también los peores...un café y un hostal...grandes momentos, grandes tristezas. Ese lugar es mágico, y es que representa la bohemia...tantas veces bajo la lluvia caminando, para luego tomar un café o un chocolate caliente, y degustar a su vez la tranquilidad, la música...las palomas...los niños jugando...el mágico sentir del aroma de París, pero en Santiago de Chile...estando allí, te olvidas que existe un torbellino más allá...en el ensimismamiento pronto sonaron tus pasos y tu voz, tu inconfundible voz...amé tanto esos lugares como te amé a ti, tu piel y tu aroma... pero nuestros caminos siempre fueron diferentes, tenías razón, estábamos en distintas vibraciones...si querías agua, yo quería fuego...si querías guerra, yo quería la paz...sin embargo, en varios momentos nuestra vibración fue la misma...y que felicidad, que me embriagó como el aroma del café con leche...como un buen vino acompañado de la bohemia y la alegría de estar junto a ti...
...Pero así como diste, también quitaste, más que quitar, desgarraste...con tus temores, tus bloqueos y tu afán de cerrar tu círculo...mi alma ya no pudo más en algún momento...y al final fue mejor que todo decantara de esa forma...mucho mejor...aunque doloroso, tangiblemente real...y sin más...me marché de allí, tratando de olvidar los aromas embriagadores, de la música de ensueño...sólo para crecer, para estar mejor, tú ya estabas bien...no necesitabas más crecer...en ese momento me tocó a mí...y quería ser libre para eso...pero libre de los temores...de las nostalgias, y de felicidades mil...libre de ti...
Sí...fueron buenos momentos de verdad...pero debí cambiar mi rumbo por obligación y sin mirar atrás...sólo me quedó esta canción....esperaré en algunos años encontrar nuevamente ese café, con los adoquines en mi camino, y disfrutar nuevamente desde el balcón el aroma del café con leche y sin azúcar, con mi cigarrillo, el aire, el sol y el oasis en paz...en varios años más, quizás te vuelva a encontrar, quizás no... pero igualmente estaré sentada en la mesa de siempre... disfrutando y recordando sólo los momentos felices de mi juventud, volviendo a disfrutar el aroma de la bohemia que me mareaba sin cesar...y por qué no...recordando también tus momentos de felicidad, los míos también...los bailes escondidos y el placer de tomarnos...y esas tontas locuras, que sin ellas, la vida no habría sido igual...y tantos ires y venires, con los odios o el amor provocados por el alcohol, o por el sólo sentimiento del saber que no me querías...por la complicidad tuya y de los chicos del bar...y por ese nostálgico aroma a bohemia...que espero en varios años más, volver a encontrar....y si te encuentro por casualidad, con nuestras canas y la edad ya pasada...encontrarnos con los ojos, y saber perdonar...y volver a reir, y a compartir otro vino...o tal vez sólo un café con leche y mi infaltable cigarrillo...y mirar lo que fue...reírnos de eso, a pesar del dolor pasado, pero que ya es pasado...de las tonteras locas de juventud, o de no saber entender en ese momento tantas cosas, de los errores... pero sintiendo nuevamente tu aroma...con la piel ajada, pero con los ojos de ayer...y volver a encontrarnos en la bohemia...

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